lunes, febrero 20, 2006

Injusta vida


El martes en la mañana muy temprano, me van a operar. Reservo el lugar para no dañar la imagen de quienes no tienen nada que ver.
Se agradece a la gente interesada en venir a verme. Pero la verdad es que sólo quiero contar con mis verdaderos amigos, no quiero una tropa de gente que venga sólo con el morbo o el interés de quedar bien conmigo, porque no lo consiguen. No creo que sea mejor o peor persona por visitarme.
Estos días han sido traumantes. Horas de espera. Calor. Rabia.
¿Hasta que punto soy capaz de aguantar? Tengo poca tolerancia, lo admito, por lo mismo no soporto que una tropa de gente "bien intencionada" y que ayuda a la comunidad se vea en el derecho de sentarme en una sala pequeña más de tres horas esperando que me atiendan; fente a más de cincuenta personas con rostros que no son agradable a la vista.
Que te opere un médico gringo y erudito en medicina, aceptable y casi un gustazo enorme. Pero que te digan que te tienes que ir un día antes de la intervención a quedarte a una "casa de acogida" en un colegio con muchisíma gente, y que te pasaran a buscar al lugar a las 6:30 am. es algo, por decirlo menos...humillante. Deprorable y poco digno. Además denigrante.
Que la gente ignorante y pobre lo encuentre algo espectacular...válido, pero por qué yo, que tengo un grado bastante adeacuado de educación y respeto a la dignidad de las personas lo tengo que aguantar.
No, señores. Yo no soy una idiota. Ni menos tengo porque aceptar todo esto. Sus favores no los quiero.
Han arruinado mi vida desde que nací con su medicina pública, que uno debe andar agradeciendola como si fuera lo mejor que nos hubiera pasado. Cuando en lugar a la gente se les trata como verdaderos animales.
Yo esto, no lo quiero. Y yo jamás voy a aceptar que un hijo mío tenga que pasar por algo así.
Nadie debería aceptar ser tratado como un animal agradecido con lo mediocre de la vida, cuando se puede exigir como mínimo respeto.

No hay comentarios.: