Llevo más de una semana sin hacer algo que tenga que ver con lo que se suponen que son estos dos meses del año, para los estudiantes....vacaciones.
Después de la operación, mi recuperación ha sido lenta y dolorosa. Mi pierna malvada, que no sana, que casi se infecta y me ha hecho pasar noches atroces. Caminar como una coja cualquiera; además de provocarme dolores en la rodilla.
Bueno, no es fácil, estos son los sacrificios de una operación para que funcione.
Ya me lo dije en el sueño una vez: ¡soy valiente! No creo que cualquier persona se atreve a pasar por una experiencia como esta. Sus consecuencias han sido diversas.
Estar lejos del jolgorio juvenil, estar en cama varios días; dependiendo de mi hermano menor y mi hermosa y abnegada madre.
Visitas exporadicas de amigas y amigos que son un siete. También el incondicional mejor amigo que ha venido a diario. Sin faltar un sólo día. Puedo tan sólo decir gracias.
Ahora a esperar a que sanen mis heridas físicas. Que cicatricen de una vez por todas, para que no perjudiquen mi comienzo en la universidad.
Esperar como siempre en esta vida que me han otorgado.
Las heridas del alma las sanaré con el pasar del tiempo, tu desamor, mi locura. Pero estas heridas que hoy me impiden volver a las carcajadas veraniegas, pasaran. Lo sé.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario